jueves, 8 de diciembre de 2016

...Y LLEGA DICIEMBRE


Papá, si echar de menos es por sí jodido, imáginate echarte de menos a tí.
Sigo luchando, como me enseñaste tú, por lo que creo y vale la pena vivir en esta vida: cada vez soy más niña, y sigo creyendo en que todo es posible. He logrado hacer realidad algunos sueños que compartimos juntos, ¿te acuerdas?
Joder, ha pasado casi un año desde que ya no estás, pero no te olvido ni un solo día y me sorprendo de cómo mi corazón está tan bonito para estar tan roto y dolido por tu ausencia.
Debe ser esta neblina que cae al llegar la noche en los días de diciembre, el olor a leña o que estoy leyendo a Benedetti, pero hoy la nostalgia se ha apoderado de mí; me está costando mucho aprender a no verte, no escuchar tu voz, no sé hacerlo, estoy improvisando.
Y sí, quizás sea diciembre, o simplemente sea que te echo increiblemente de menos.
Te quiero.


No hay comentarios:

Publicar un comentario